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PEnsemos: Un techo, un horizonte

Jordi Rieradevall i Tarrés: “Trabajando con jóvenes y en la participación en la gobernanza en Plataforma Educativa desde hace más de diez años. Licenciado en Historia, Diplomado en Educación Social y Máster en Juventud y Sociedad por la Universidad de Girona. Actualmente, director de la Bolsa de Vivienda Social de la Fundación Resilis, destinada principalmente a hacer posible el acceso de las personas jóvenes a una vivienda digna.”

jordi rieradevall

Un techo, un horizonte

La ley de extranjería determina que son necesarios 3 años de residencia continuada y demostrable en el estado español para poder tramitar un permiso de residencia. El tiempo de espera se eterniza mientras las personas recién llegadas tratan de sobrevivir día a día a caballo de la beneficencia y la economía sumergida. La vulnerabilidad fondea su dignidad y las aboca a la marginación. A menudo ocurren soluciones temporales: encuentran un refugio por unos días en casa de aquel o en el albergue de allí, en un almacén olvidado o dentro de una furgoneta medio abandonada. La consecución de estas “soluciones” aumentan su poso de desamparo y de desesperanza.

Hoy más que nunca se hacen necesarias iniciativas que promuevan la provisión de una vivienda donde las personas recién llegadas puedan irse preparando durante este mientras tanto; preparándose para tener el máximo de posibilidades de conseguir el SÍ de la administración central cuando llegue el momento. Estas personas que necesitan un techo, que lo quieren, no pueden trabajar porque así la ley lo contempla. Desde una perspectiva de la participación comunitaria, sin embargo, pueden aportar como todo el mundo a la mejora social a través del voluntariado o el aprendizaje por servicio.

Tampoco lo tienen fácil aquellos y aquellas jóvenes que salen de la tutela administrativa de la ACTIC y que se topan con el muro del mercado del alquiler. Las dificultades que hay a la hora de acceder a una habitación de alquiler son múltiples, pero pueden tender al infinito cuando se añaden los conceptos “joven” y “extranjero/a”. Un estudio reciente en la ciudad de Barcelona concluye que podemos hablar abiertamente de la existencia del racismo en el alquiler. A ello, debemos añadir las posiciones conservadoras del lado propietario, con una desconfianza hacia la solvencia económica de quien quiere arrendar, un itinerario laboral incipiente o la falta del aval de familiares directos.

Finalmente habrá que prestar atención en cómo recibe el sector del alquiler el incremento a 5 años de la duración de los arrendamientos recogido en la LAU. La medida, pensada para favorecer a las personas y familias que viven en régimen de alquiler, paradójicamente, puede endurecer los requisitos de acceso a la vivienda para “asegurar” tanto el cobro del alquiler como el mantenimiento del inmueble durante un periodo más largo.

Plataforma Educativa, desde su experiencia en la atención a personas jóvenes tuteladas y extuteladas, ha comenzado a desarrollar proyectos que ayudarán tanto a jóvenes que viven en la calle como a jóvenes en riesgo de quedarse sin hogar. Tenemos al alcance soluciones más adecuadas que las intentadas hasta ahora. Tenemos propuestas y tenemos tiempo; los recursos están y se pueden optimizar si se confía en el modelo de gestión complementaria entre las administraciones públicas y las entidades del tercer sector social. Tenemos el techo, construimos el horizonte.