Desde 2014, la Fundación Utopía está trabajando ininterrumpidamente en Marruecos, colaborando con la organización civil y las administraciones locales del país norteafricano con quienes nos une historia y vecindad.
Marruecos, como gran parte del mundo, ha sufrido los efectos de la pandemia COVID-19 estos últimos meses. Ha sido una situación difícil que ha desestabilizado el precario equilibrio en el que viven miles de personas, afectando a la sociedad en todas sus esferas: la económica, la social y la política.
El personal sanitario marroquí, tanto civil como militar, ha mostrado un alto compromiso para salvaguardar las vidas de las personas más vulnerables y las instituciones del estado han priorizado la salud de sus habitantes, convirtiendo la lucha contra el virus en un asunto de estado, lanzando diversas iniciativas y promoviendo leyes de manera inmediata, con la finalidad de paliar efectos aún peores en la ciudadanía. Marruecos, fue uno de los primeros países que cerró las fronteras y emitió una orden urgente con el compromiso de salvaguardar a los colectivos más vulnerables a través de un fondo de urgencia social, imprescindible ante el cierre de cualquier actividad no esencial.
La labor de cooperación al desarrollo que promueve nuestra entidad está centrada en estos momentos en la zona Fez-Meknés, donde, es importante destacar, la sociedad civil ha resposo de manera participativa y solidaria, creando grupos de apoyo y colectivos vecinales activos para proteger a las personas que más lo han necesitado.
La contraparte en el territorio con el que nos une una larga trayectoria de entendimiento y colaboración, ha sido una de las entidades que ha participado activamente en la respuesta inminente. La Asociación Moultaka (Jóvenes por el Desarrollo) se organizó, reestructurando su labor habitual, con el fin de distribuir alimentos y artículos de primera necesidad, a los vecinos y vecinas gravemente afectadas por la parada forzosa, y haciendo campaña de sensibilización y conocimiento de la realidad a todo el mundo que se encuentra aislado y tiene diferentes problemáticas añadidas.
Todas las organizaciones y ONG del territorio detuvieron también, durante la parte más dura del confinamiento, sus tareas habituales, reconvirtiéndose y siendo motoras y facilitadoras de la atención más directa. La Asociación Moultaka se encontró en la tesitura de suspender los proyectos Incuba y la Otra Riba temporalmente, dado que no había una fórmula viable para seguir formando a las personas beneficiarias, dado que la mayoría provienen de entornos muy fragilidades, y con serios problemas para acceder a la tecnología digital.
En los momentos actuales, la juventud y las familias que atendemos, se encuentran ocupados y preocupadas con el fin de encontrar una salida a la grave precariedad económica en la que se ven inmersas. La mayoría de las familias vivían hasta ahora gracias a la economía no formal, sin ninguna cobertura sanitaria o prestación.
Es en un momento como este, donde la labor imprescindible de entidades sociales del territorio, apoyadas por organizaciones de cooperación al desarrollo y unidas a una política pública marroquí de defensa de los colectivos más vulnerables, es Urgente e Impostergable.
Mujeres, niños y adolescentes, personas con diversidad funcional y familias monoparentales son las principales víctimas de los efectos colaterales de la emergencia sanitaria. Debemos alargar la mano, apoyar, estar a su lado en la medida de nuestras posibilidades, poniendo énfasis en nuestra misión y valores: proponer, trabajar y no dejarse vencer ante las desigualdades en este mundo, con la mirada puesta en la justicia social. Y ser más que nunca, una comunidad global unida con un único objetivo: que nadie quede atrás.
Si quieres saber más sobre los proyectos de Cooperación al Desarrollo en Marruecos; Incuba o la Otra Riba puedes seguirnos en nuestra página web www.fundacionutopia.org o en el Instagram de la Fundación: https://www.instagram.com/utopiatogether/
