1 año de CRAE Maria Reina

Nos escribe la Regina Pastrana, directora del CRAE María Reina, proyecto educativo de Fundación Resilis. Y es que ya hace un año que el CRAE María Reina pasaba a formar parte de la Fundación.

En María Reina estamos de cumpleaños. Justo hace un año iniciábamos un proceso muy importante para nosotros: entrábamos a formar parte de la familia Resilis.

Una buena parte del equipo había pasado toda su vida laboral aquí, creciendo como profesionales y contribuyendo a construir un proyecto compartido, y el anuncio del cambio nos abría una serie de incertidumbres y dudas. ¿Y ahora qué? La subrogación ocurría en un momento difícil para el centro: casos complejos, y hasta 4 bajas de larga duración por maternidad. Un escenario distraído, cuando menos.

“Continuamos con el mismo encargo institucional, las mismas indicaciones, temporalidades, etc. pero el planteamiento es otro”.

Toca hacer balance, un año después. Dicen que lo importante más que donde llegas es lo que te vas encontrando por el camino, que en el trayecto se esconde lo más interesante y que nos enriquece. Y es bien cierto que hemos tenido muchas, de experiencias, estos meses. Continuamos con el mismo encargo institucional, las mismas indicaciones, temporalidades y exigencias , el acompañamiento y seguimiento tutorial que hacemos de los niños no ha variado, pero el planteamiento es otro.

Pasar a formar parte de una entidad de la magnitud que tiene Fundación Resilis tiene una incidencia nada negligible en la cotidianidad, sobre todo si se viene de un modelo como el nuestro. Sentirse resguardado bajo un paraguas tan amplio y firme aporta tranquilidad y cariño, y evita la soledad y la incertidumbre en la toma de decisiones, acompañados por una supervisión técnica que siempre está. Y eso es importante. Un cambio que nos ha dado también sentimiento de pertenencia a un entorno más grande, y la posibilidad de compartir experiencias y maneras de hacer con otras direcciones de otros recursos. Los problemas y las dificultades persisten y es probable que los gestionemos de la misma manera, pero con un punto más de convicción al sabernos acompañados y validados en nuestra intervención.

“Dicen que lo importante más que donde llegas es lo que te vas encontrando por el camino, que en el trayecto se esconde lo más interesante y que nos enriquece”.

No ha sido simple, tampoco nos engañaremos. Adecuar toda una dinámica muy instaurada a un nuevo funcionamiento, condicionado (como debe ser) a sistemas de calidad, está significando un esfuerzo importante de reestructuración de funciones y responsabilidades, de incorporación y redistribución de tareas, y está siendo una oportunidad para introducir cambios sustanciales con el objetivo siempre de mejorar la atención que damos como servicio.

Ejemplos de ello son haber recuperado el servicio propio de limpieza y cocina (¡trabajo titánico!) o la reordenación más racional de los horarios (¡quizás más titánica aún!). Integrar circuitos y protocolos, tarea donde todavía estamos en las becerras y queda mucho por hacer, es un trabajo arduo de entrada, pero que poco a poco se automatiza y se va simplificando.

“Sentirse resguardado bajo un paraguas tan amplio y firme aporta tranquilidad y serenidad”

En definitiva, que estamos de fiesta, en un año nos hemos sentido plenamente integrados en la familia Resilis, con la sensación de recibir apoyo y calidez (¡hemos pasado alguna grande!) pero también de aportar a la comunidad experiencias y buenas prácticas para que puedan ser replicadas y compartidas por otros servicios.